1. Día
1
El primer día todos los profesores vestidos de diferentes
estamentos de la sociedad del momento: el director cervantes, el profe de
primero de grupos marginales, el profe de segundo campesinos, el profe de
tercero artesanos, el profe de cuarto burguesía, el profe de quinto clero y el
profe de sexto nobleza.
En el teatro del colegio ambientado, los profesores harás
una pequeña presentación de los estamentos de la sociedad y los niños del
colegio se repartirán entre los diferentes estamentos.
Cada grupo, que representa una clase social, hará un disfraz
de este con material reciclado y escolar que proporcionaran los profesores.
- Disfraz grupo marginales:
utilizando ceras negras y carboncillo, nos mancharemos la cara y las
manos. Con papeles reciclados,
recortaremos parches para pegarlo con celo por la ropa.
- Disfraz artesanos:
realizarán con folios reciclados un martillo enrollando dos folios uno más
pequeño y otro más largo y pegándolos con celo en horizontal, también
harán una lija con folio pintado de negro y un delantal.
- Disfraz burguesía clase
media: utilizaremos una bolsa de patatas a modo de chalecos para
representar la vestimenta de comerciantes
y además las bolsas en las que guardaban las monedas.
- Disfraz alto clero:
utilizamos una bolsa de basura grande a modo de túnica, con cartulina
realizaremos unos alzacuellos blanco y una cruz marrón
- El disfraz se hará con
bolsa de basuras de colores cartulinas, goma EVA y plastilina. El objetivo
es crear ropaje que represente el poder de era clase social. Por ejemplo,
prendas de pieles de animales, joyas, etc.
Cada 20 minutos, los grupos cambiaran de estamento para que
puedan sentir todos los estamentos sociales y trabajar la empatía.
Descanso
Actividad para introducir El Quijote: para acabar la jornada
inicial y ya introducidos en la época, proyectaremos un breve video para
adentrar al alumnado en la obra El Quijote. Una vez lo hayan visto, les
propondremos una actividad para el día siguiente en la que todos tengan que
empezar con la frase “En un lugar de…” y en la que contaran una historia
veraniega que ellos quieran, ya sea real o ficticia, teniendo que leerla
delante de sus compañeros en clase.
Día 5
Gymkanna
- Sancho nombra a quijote
caballero de la triste figura
Localización: Plaza puerta de Madrid (Alcalá).
Propuesta: Los niños se sientan en círculo
debajo del arco de la puerta y el maestro, les cuenta la historia. Antes de
esto ha dejado partes de la historia reflejadas en imágenes plastificadas
alrededor de la puerta (5). Una vez concluya la historia se formaran 5 grupos
aleatorios y tendrán que buscar una de las imágenes y ponerse de acuerdo con el
resto de los grupos para ver cuál es el orden. Una vez tengan el orden se
volverá a hacer el circulo debajo de la puerta, y saldrán en orden a
representar cada grupo su escena como ellos se lo imaginen, dándose paso unos a
otros hasta completar la historia.
Para terminar volveremos al círculo y jugaremos a un “pasa
palabra”, es decir, cada uno tendrá que ir diciendo una frase completando la
historia que hemos visto, desde el comienzo hasta el final.
Capitulo XIX:
Lo que sucedió a Don Quijote con su Dulcinea
De las discretas
razones que Sancho pasaba con su amo, y de la aventura que le sucedió con un
cuerpo muerto, con otros acontecimientos famosos.
Sancho le comenta a Don Quijote que todas
estas desventuras que están padeciendo son debidas a que Don Quijote había roto
su juramento de no comer pan (aquí Cervantes se descuida ya que en ningún
momento anterior había nombrado este juramento). Don Quijote le dice que tiene
razón pero que él también tiene parte de culpa ya que no se lo había
recordado. De esta forma se hizo de noche y vieron a través del camino
unas luces que se acercaban. Cuando ya se encontraban muy próximas Don Quijote
les pregunto qué de dónde venían, entonces la mula de uno de ellos se asustó y
tiro al suelo al hombre que la montaba y todos los demás huyeron. Don Quijote
enojado apuntó con su lanza al hombre que se encontraba en el suelo y le volvió
a preguntar que de dónde venían. El
hombre le dijo que era un religioso y lo que llevaban era un muerto.
Así Don Quijote llamó a Sancho, el cual aprovechando la oscuridad había estado robando
algunos alimentos,
para que ayudase a levantar al pobre religioso. Sancho a su vez presentó a
Don Quijote como "El Caballero de la triste figura" y Sancho ante la
curiosidad del monje del porqué de ese nombre dijo que era porque no tenía
muelas y porque la cara la tenía muy delgada de no haber comido en todo el
día. Así se despidieron del monje y se fueron a un prado a comer los
alimentos que habían robado.
Webgrafía
- El capitán cautivo
Localización: Calle Mayor de Alcalá
Propuesta: a modo de ahorcado, simulamos que un niño está
secuestrado y atado con 6 mordazas. Cada vez que los participantes acierten una
pregunta, que será formulada por el profesor, se le quitará una mordaza al
capitán cautivo. Tendrán 3 minutos para responder 6 preguntas bien acerca de El
Quijote para liberar al capitán.
Capítulo XXXIX
—En un lugar de las
montañas de León tuvo principio mi linaje1, con quien fue más agradecida y liberal la naturaleza que la fortuna2, aunque en la estrecheza de aquellos pueblos todavía alcanzaba mi
padre fama de rico, y verdaderamente lo fuera si así se diera maña a conservar su
hacienda como se la daba en gastalla; y la condición que tenía de ser liberal y
gastador le procedió de haber sido soldado los años de su joventudI, que es escuela la soldadesca donde el mezquino se hace franco3, y el franco, pródigo, y si algunos soldados se hallan miserables, son
como monstruos, que se ven raras veces. Pasaba mi padre los términos de la
liberalidad y rayaba en los de ser pródigo4, cosa que no le es de ningún provecho al hombre casado y que tiene
hijos que le han de suceder en el nombre y en el ser. Los que mi padre tenía
eran tres, todos varones y todos de edad de poder elegir estado. Viendo, pues,
mi padre que, según él decía, no podía irse a la mano contra su condición5, quiso privarse del instrumento y causa que le hacía gastador y
dadivoso, que fue privarse de la hacienda, sin la cual el mismo Alejandro
pareciera estrecho6. Y, así, llamándonos un día a todos tres a solas en un aposento7, nos dijo unas razones semejantes a las que ahora diré: «Hijos, para
deciros que os quiero bien basta saber y decir que sois mis hijos; y para
entender que os quiero mal basta saber que no me voy a la mano en lo que toca a
conservar vuestra hacienda. Pues para que entendáis desde aquí adelante que os
quiero como padre, y que no os quiero destruir como padrastro, quiero hacer una
cosa con vosotros que ha muchos días que la tengo pensada y con madura consideración
dispuesta. Vosotros estáis ya en edad de tomar estado, o a lo menos de elegir
ejercicio, tal que cuando mayores os honre y aproveche. Y loII que he pensado es hacer de mi hacienda cuatro partes: las tres os
daré a vosotros, a cada uno lo que le tocare, sin exceder en cosa alguna, y con
la otra me quedaré yo para vivir y sustentarme los días que el cielo fuere
servido de darme de vida. Pero querría que, después que cada uno tuviese en su
poder la parte que le toca de su hacienda, siguiese uno de los caminos que le
diré. Hay un refrán en nuestra España, a mi parecer muy verdadero, como todos
lo son, por ser sentencias breves sacadas de la luenga y discreta experiencia;
y el que yo digo diceIII: “Iglesia o mar o casa real8”, como si más claramente dijera: “Quien quisiere valer y ser rico siga
o la Iglesia o navegue, ejercitando el arte de la mercancía9, o entre a servir a los reyes en sus casas”; porque dicen: “Más vale
migaja de rey que merced de señor10”. Digo esto porque querría y es mi voluntad que uno de vosotros
siguiese las letras, el otro la mercancía, y el otro sirviese al rey en la
guerraIV, pues es dificultoso entrar a servirle en su casa11; que ya que la guerra no dé muchas riquezas, suele dar mucho valor y
mucha fama. Dentro de ocho días os daré toda vuestra parte en dineros, sin
defraudaros en un ardite, como lo veréis por la obra12. Decidme ahora si queréis seguir mi parecer y consejo en lo que os he
propuesto». Y mandándome a mí, por ser el mayor, que respondiese, después de
haberle dicho que no se deshiciese de la hacienda, sino que gastase todo lo que
fuese su voluntad, que nosotros éramos mozos para saber ganarla13, vine a concluir en que cumpliría su gusto, y que el mío era seguir el
ejercicio de las armas, sirviendo en él a Dios y a mi rey. El segundo hermano
hizo los mesmos ofrecimientos y escogió el irse a las Indias, llevando empleada
la hacienda que le cupiese14. El menor, y a lo que yo creo el más discreto, dijo que quería seguir
la Iglesia o irse a acabar sus comenzados estudios a Salamanca. Así como
acabamos de concordarnos y escoger nuestros ejercicios, mi padre nos abrazó a
todos, y con la brevedad que dijo puso por obra cuanto nos había prometido; y
dando a cada uno su parte, que, a lo que se me acuerda, fueron cada tres mil
ducados en dineros15 (porque un nuestro tío compró toda la hacienda y la pagó de
contado, porque no saliese del tronco de la casa), en un mesmo día nos
despedimos todos tres de nuestro buen padre. Y en aquel mesmo, pareciéndome a
mí ser inhumanidad que mi padre quedase viejo y con tan poca hacienda, hice con
él que de mis tres mil tomase los dos mil ducados, porque a mí me bastaba el
resto para acomodarme de lo que había menester un soldado. Mis dos hermanos,
movidos de mi ejemplo, cada uno le dio mil ducados; de modo que a mi padre le
quedaron cuatro mil en dinerosV, y más tres mil que a lo que parece valía la hacienda que le cupo, que
no quiso vender, sino quedarse con ella en raíces16. Digo, en fin, que nos despedimos dél y de aquel nuestro tío que he
dicho, no sin mucho sentimiento y lágrimas de todos, encargándonos que les hiciésemos
saber, todas las veces que hubiese comodidad para ello, de nuestros sucesos,
prósperos o adversos. Prometímoselo, y, abrazándonos y echándonos su bendición,
el uno tomó el viaje de Salamanca, el otroVI de SevillaVII, y yo el de Alicante, adonde tuve nuevas que había una nave ginovesa
que cargaba allí lanaVIII para Génova. Este hará veinte y dos años que salí de casa de mi
padre17, y en todos ellos, puesto que he escrito algunas cartas, no he sabido
dél ni de mis hermanos nueva alguna; y lo que en este discurso de tiempo he
pasado lo diré brevemente. Embarquéme en Alicante, llegué con próspero viaje a
Génova, fui desde allí a Milán, donde me acomodé de armas18 y de algunas galas de soldado, de donde quise ir a asentar mi
plaza al Piamonte19; y estando ya de camino para Alejandria de la Palla20, tuve nuevas que el gran Duque de Alba pasaba a Flandes21. Mudé propósito, fuime con él, servíle en las jornadas que hizo,
halléme en la muerte de los condes de Eguemón y de Hornos22, alcancé a ser alférez de un famoso capitán de Guadalajara, llamado
Diego de Urbina23, y a cabo de algún tiempo que llegué a Flandes, se tuvo nuevasIX de la liga que la Santidad del papa Pío Quinto, de felice
recordación, había hecho con VeneciaX y con España, contra el enemigo común, que es el Turco, el cual
en aquel mesmo tiempo había ganado con su armada la famosa isla de Chipre24, que estaba debajo del dominio de venecianosXI, y fue pérdidaXII lamentable y desdichada. Súpose cierto que venía por general
desta liga el serenísimo don Juan de Austria25, hermano natural de nuestro buen rey don Felipe; divulgóse el
grandísimo aparato de guerra que se hacía, todo lo cual me incitó y conmovió el
ánimo y el deseo de verme en la jornada que se esperaba; y aunque tenía
barruntos, y casi premisasXIII ciertas, de que en la primera ocasión que se ofreciese sería
promovido a capitán, lo quise dejar todo y venirme, como me vine a Italia, y
quiso mi buena suerte que el señor don Juan de Austria acababa de llegar a
Génova, que pasaba a Nápoles a juntarse con la armada de Venecia, como después
lo hizo en MecinaXIV, 26. Digo, en fin, que yo me hallé en aquella felicísima jornada27, ya hecho capitán de infantería, a cuyo honroso cargo me subió mi
buena suerte, más que mis merecimientos; y aquel día, que fue para la
cristiandad tan dichoso, porque en él se desengañó el mundo y todas las
naciones del error en que estaban creyendo que los turcos eran invencibles por
la mar, en aquel día, digo, donde quedó el orgullo y soberbia otomana
quebrantada, entre tantos venturosos como allí hubo (porque más ventura
tuvieron los cristianos que allí murieron que los que vivos y vencedores
quedaron)28, yo solo fui el desdichado; pues, en cambio de que pudiera esperar, si
fuera en los romanos siglos, alguna naval corona29, me vi aquella noche que siguió a tan famoso día con cadenas a los
pies y esposas a las manos. Y fue desta suerte: que habiendo el UchalíXV, rey de Argel30, atrevido y venturoso cosario, embestido y rendido la capitana de
Malta, que solos tres caballeros quedaronXVI vivos en ella, y éstos malheridos, acudió la capitana de Juan
Andrea a socorrella, en la cual yo iba con mi compañía; y haciendo lo que debía
en ocasión semejante, salté en la galera contraria, la cual desviándose de la
que la habíaXVII embestido, estorbó que mis soldados me siguiesen, y, así, me
hallé solo entre mis enemigos, a quien no pude resistir, por ser tantos: en fin
me rindieron lleno de heridas. Y como ya habréisXVIII, señores, oído decir que el Uchalí se salvó con toda su escuadra, vine
yo a quedar cautivo en su poder, y solo fui el triste entre tantos alegres y el
cautivo entre tantos libres, porque fueron quince mil cristianos los que aquel
día alcanzaron la deseada libertad, que todos venían al remo en la turquesca
armada.
Webgrafía
http://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/Edicion/parte1/cap39/default.htm
- Galeotes
Localización: Universidad de Alcalá
Propuesta:
Propuesta: para
comenzar, todos los niños se sentarán formando un circulo frente a la fachada
de la universidad, una vez estemos todos sentados en el suelo, les empezaré a
leer el capítulo de la “liberación de los galeotes” y más específicamente en su
primer párrafo (ya que el capítulo en sí es demasiado largo y perderíamos la
mayor parte de la dinámica en su lectura) porque me parece que resume muy bien
el desarrollo del capítulo. Como el capítulo consiste en la liberación que Don
Quijote quiere llevar a cabo con aquellas personas a las cuales el rey había
mandado a las galeras, la actividad se centrará en un divertido juego en el
que, haciendo grupos de 5, cada niño tendrá un rol distinto. Un miembro del
grupo hará de don quijote, otro del rey y los otros 3 de los galeotes (cada uno
de estos cuatro niños se inventará un motivo por el cual han sido destinados a
galeras: por ejemplo, un niño puede decir que está ahí por jugar al futbol,
otro porque le gusta cantar…). El papel que tiene el niño que haga de Don
Quijote, es intentar convencer al rey de que no lleve a personas inocentes a
galeras explicando y argumentando el por qué. Lo que se pretende con esta
actividad es llegar a la conclusión de que antes se cometían muchas injusticias
y que gracias al poder de la palabra (siempre y cuando se utilizase
debidamente) se podría solucionar cualquier tipo de problema.
De la libertad que dio Don Quijote a muchos
desdichados que mal de su grado los llevaban donde no quisieran ir
Cuenta Cide Hamete Ben-Engeli autor arábigo y manchego, en
esta gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada historia, que después
que entre el famoso Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, su escudero
pasaron aquellas razones que en fin del capítulo veintiuno quedan referidas,
que Don Quijote alzó los ojos y vio que por el camino que llevaban venían hasta
doce hombres a pie ensartados como cuentas en una gran cadena de hierro por los
cuellos, y todos con esposas a las manos. Venían asimismo con ellos dos hombres
de a caballo y dos de a pie; los de a caballo con escopetas de rueda, y los de
a pie con dardos y espadas, y que así como Sancho Panza los vio dijo: Esta es
cadena de galeotes, gente forzada del rey, que va a las galeras. ¿Cómo gente
forzada? preguntó Don Quijote. ¿Es posible que el rey haga fuerza a ninguna
gente? No digo eso, respondió Sancho, sino que es gente que por sus delitos va
condenada a servir al rey en las galeras de por fuerza. En resolución, replicó
Don Quijote, como quiera que ello sea, esta gente, aunque los llevan, van de
por fuerza y no de su voluntad. Así es, dijo Sancho. Pues desa manera, dijo su
amo, aquí encaja la ejecución de mi oficio, desfacer fuerzas y socorrer y
acudir a los miserables. Advierta vuestra merced, dijo Sancho, que la justicia,
que es el mesmo rey, no hace fuerza ni agravio a semejante gente, sino que los
castiga en pena de sus delitos.
- En un lugar de la Mancha
Localización: Casa-Museo Cervantes
Propuesta: Se reunirá a los alumnos en la puerta de la casa
museo donde se les leerá parte del primer capítulo del Quijote, utilizaremos
este capítulo para ponerles en situación ya que en el trata y describe la vida
del hidalgo, posterior a la lectura realizaremos un ruta guiada por la casa
museo donde se explicará a los alumnos las distintas salas, las cuales están
ambientadas en la vida de esa época.
Según dice la propia página de la casa museo “Sus diversas
estancias recrean las costumbres, gustos y quehaceres cotidianos de los siglos
XVI y XVII, buscando percibir la
presencia de sus moradores.”
Las reservas para los grupos se realizarán llamando al
teléfono 91 889 96 54 (http://www.museocasanataldecervantes.org/visitas-en-grupo/)
Capítulo primero:
En un lugar de la
Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un
hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo
corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches,
duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de
añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto
della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con
sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí
de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una
sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así
ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los
cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes,
enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía
el sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay alguna diferencia en
los autores que deste caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba
«Quijana». Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración
dél no se salga un punto de la verdad.
Es, pues, de saber que
este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso —que eran los más del
año—, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que
olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su
hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas
hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en
que leer, y, así, llevó a su casa todos cuantos pudo
haber dellos; y, de todos, ningunos le parecían tan bien como los que
compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas
intrincadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos
requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes hallaba escrito: «La
razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece,
que con razón me quejo de la vuestra fermosura». Y también cuando leía: «Los altos cielos
que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen
merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza...»
Webgrafía
- Los molinos de viento
Localización: Plaza cervantes
Vamos a realizar un juego relacionado con la temática del
quijote, el juego se llama molinos de vientos.
Es un juego de la Mancha, que se recomienda leer el pasaje
del Quijote, en el que el famoso hidalgo lucha con molinos de viento a los que
toma por gigantes.
Todos los jugadores necesitarán un pañuelo y se formarán dos
grupos; un grupo serán los molinos y otro grupo los molineros. Los molinos se
colocan formando un círculo con los ojos vendados y cogidos de las manos. Todos
moverán lentamente brazos y piernas como si fueran molinos. depositarán en el
centro del círculo sus pañuelos, una vez fuera tratarán de pasar a rescatar sus
pañuelos pasando sin ser tocados por los molinos y volver a salir. Si un
molinero resulta tocado debe salir del círculo y volver a empezar.
Este juego pertenece al capitulo de los molinos del quijote,
donde don quijote, le dice a sancho panza que va a derrotar a los molinos, por
que ėl se piensa que son gigantes.
El octavo capítulo hace parte del último de la primera parte
de la novela. En este Don Quijote una vez esta acompañado de Sancho Panza,
decide salir a explorar una vez más el mundo lleno de aventuras que le esperan.
Entre estas futuras aventuras se encuentra una de las más reconocidas y tal vez
más significantes en la historia de nuestro caballero andante. Don Quijote y
Sancho se acercan a un campo donde hay unos 30 molinos de viento, y don quijote
reaccionando rápidamente le dice a Sancho
Octavo capítulo
“Porque vez allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren
treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y
quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que
ésta es buena guerra, y es de gran servicio de dios quitar tan mala simiente de
sobre la faz de la tierra.”
Don Quijote como podemos ver confunde los molinos de viento
con grandes gigantes a los cual él dice será la oportunidad perfecta para
adinerarse y volverse famoso. Esta cita tiene gran importancia en el libro ya
que esta es el prólogo a lo que es el evento más importante del Quijote. Este
toma su lanza y decide atacar el gigante y en su rocín sale a pique, quien
choca contra la pared del molino y sus alas destrozan la lanza y mandan a volar
al Rocinante y a su jinete a rodar. Enseguida Sancho anda a buscarlo y una vez
está de pie, se van ambos a buscar un lugar donde reposar. Sancho Panza come y
bebe vino de su bota mientras que Quijote se desvela pensando en su amaba
Dulcinea de Toboso.
Continuando al día siguiente Sancho Panza dice haber dormido
placenteramente, mientras que Don Quijote velo toda la noche pensando. Esto
demuestra un contraste entre Sancho quien es un hombre simple y sin
complicaciones, y nuestro Hidalgo que ya no puede ni dormir por el tormento que
su obsesión y locura le causa. Al avanzar el día, el valiente caballero y su
escudero topan con una nueva aventura. Se encuentran con dos monjes de San
Benito y tras ellos viene una caravana de mozos a mula quienes llevan un coche
con alguna persona de importancia que se está movilizando. Don Quijote
interpreta esto como el secuestro de una doncella y por lo tanto se prepara
para su rescate.
Al fin de cuentas Don Quijote hiere a un mozo con su lanza,
Sancho lo desnuda como parte del protocolo para demostrar su victoria, y lo
único que consigue es una golpiza. Finalmente Don Quijote tiene un levantamiento
de lanzas con un Mozo quien lo desafía y eventualmente combaten hombro a
hombro.
“Oh señora de mi alma, Dulcinea, flor de la hermosura,
socorred a este vuestro caballero, que por satisfacer a la vuestra mucha bondad
en este riguroso trance se halla!”
Expresando así Don Quijote esta oración cuando recibe una
herida de su combatiente, y pidiéndole a su doncella que lo ampare. El capítulo
termina con una abrupta interrupción que el narrados hace diciendo que el
escritor no tenía más que poner dado a la falta de información. Comenta que en
la segunda parte habrá otro autor que lo complete, y así deja al lector en
shock, con un estilo caballeresco que Cervantes emplea.
Webgrafía
- Cosas extrañas en Sierra
Morena
Localización: Catedral
PROPUESTA:
Los alumnos se sentarán y se les leerá el fragmento. Más
tarde los niños, tendrán que separarse en grupos, a cada grupo se les repartirá
la carta que deberán entregar a dulcinea, pero mal escrita, y diciéndoles:
“Ahora vosotros tenéis que corregir este texto amoroso y escribir bien las
palabras que están mal, tratando de que el texto sea comprensible”.
Cuando tengan corregida la carta deberán buscar a dulcinea
para recitarle la carta que le envía el caballero de la triste figura. Dulcinea
será cualquier profesor/a con un disfraz de la época.
“SoberaÑa y alta seNora:
El (H)erido de punta de ausencia, y el llagado de las telas
del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene.
Si tu (H)ermosura me desprecia, si tu Balor no es en mi pro, si tus desdenes
son en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme
en esta cuita, que además de ser fuerte es muy duradera. Mi buen Hescudero
Sancho te dará entera relación, ¡oh Vella ingrata, amada enemiga mía!, del modo
que por tu causa quedo. Si gustares de socorrerme, tuyo soy; y si no, (H)az lo
que te viniere en gusto, que con acabar mi vida habré satisfecho a tu crueldad
y a mi deseo.
Tuyo (H)asta la muerte,
El caballero de la triste figura”
Capítulo
XXV. Que trata de las estrañas cosas que en Sierra Morena sucedieron
al valiente caballero de la Mancha, y de la imitación que hizo a la
penitencia de Beltenebros
Sacó el libro de
memoria don Quijote, y, apartándose a una parte, con mucho sosiego comenzó
a escribir la carta; y, en acabándola, llamó a Sancho y le dijo que se la
quería leer, porque la tomase de memoria, si acaso se le perdiese por
el camino, porque de su desdicha todo se podía temer. A lo
cual respondió Sancho:
–Escríbala vuestra
merced dos o tres veces ahí en el libro y démele, que yo le llevaré bien
guardado, porque pensar que yo la he de tomar en la memoria es disparate:
que la tengo tan mala que muchas veces se me olvida cómo me
llamo. Pero, con todo eso, dígamela vuestra merced, que me holgaré
mucho de oílla, que debe de ir como de molde.
–Escucha, que así dice
–dijo don Quijote:
Carta de don Quijote a
Dulcinea del Toboso
Soberana y alta
señora:
El ferido de punta de
ausencia y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del
Toboso, te envía la salud que él no tiene. Si tu fermosura me desprecia,
si tu valor no es en mi pro, si tus desdenes son en mi afincamiento,
maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en esta
cuita, que, además de ser fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero
Sancho te dará entera relación, ¡oh bella ingrata, amada enemiga mía!, del
modo que por tu causa quedo. Si gustares de acorrerme, tuyo soy; y si no,
haz lo que te viniere en gusto; que, con acabar mi vida, habré satisfecho
a tu crueldad y a mi deseo.
Tuyo hasta la muerte,
El Caballero de la
Triste Figura.
–Por vida de mi padre
–dijo Sancho en oyendo la carta–, que es la más alta cosa que jamás he
oído. ¡Pesia a mí, y cómo que le dice vuestra merced ahí todo cuanto
quiere, y qué bien que encaja en la firma El Caballero de la Triste
Figura! Digo de verdad que es vuestra merced el mesmo diablo, y que
no haya cosa que no sepa.
–Todo es menester
–respondió don Quijote– para el oficio que trayo.
–Ea, pues –dijo
Sancho–, ponga vuestra merced en esotra vuelta la cédula de los tres
pollinos y fírmela con mucha claridad, porque la conozcan en viéndola.
–Que me place –dijo
don Quijote.
Y, habiéndola
escrito,se la leyó; que decía ansí:
Mandará vuestra
merced, por esta primera de pollinos, señora sobrina, dar a Sancho Panza,
mi escudero, tres de los cinco que dejé en casa y están a cargo de vuestra
merced. Los cuales tres pollinos se los mando librar y pagar por otros tantos
aquí recebidos de contado, que consta, y con su carta de pago serán
bien dados. Fecha en las entrañas de Sierra Morena, a veinte y dos de
agosto deste presente año.
–Buena está –dijo
Sancho–; fírmela vuestra merced.
–No es menester
firmarla –dijo don Quijote–, sino solamente poner mi rúbrica, que es lo
mesmo que firma, y para tres asnos, y aun para trecientos, fuera bastante.
–Yo me confío de
vuestra merced –respondió Sancho–. Déjeme, iré a ensillar a Rocinante, y
aparéjese vuestra merced a echarme su bendición, que luego pienso
partirme, sin ver las sandeces que vuestra merced ha de hacer, que
yo diré que le vi hacer tantas que no quiera más.
–Por lo menos quiero,
Sancho, y porque es menester ansí, quiero, digo, que me veas en cueros, y
hacer una o dos docenas de locuras, que las haré en menos de media
hora, porque, habiéndolas tú visto por tus ojos, puedas jurar a
tu salvo en las demás que quisieres añadir; y asegúrote que no dirás
tú tantas cuantas yo pienso hacer.
–Por amor de Dios,
señor mío, que no vea yo en cueros a vuestra merced, que me dará mucha
lástima y no podré dejar de llorar; y tengo tal la cabeza, del llanto que
anoche hice por el rucio, que no estoy para meterme en nuevos lloros;
y si es que vuestra merced gusta de que yo vea algunas locuras, hágalas
vestido, breves y las que le vinieren más a cuento. Cuanto más, que para
mí no era menester nada deso, y, como ya tengo dicho, fuera ahorrar el
camino de mi vuelta, que ha de ser con las nuevas que vuestra
merced desea y merece. Y si no, aparéjese la señora Dulcinea; que si
no responde como es razón, voto hago solene a quien puedo que le tengo de
sacar la buena respuesta del estómago a coces y a bofetones. Porque,
¿dónde se ha de sufrir que un caballero andante, tan famoso como vuestra
merced, se vuelva loco, sin qué ni para qué, por una...? No me lo
haga decir la señora, porque por Dios que despotrique y lo eche todo
a doce, aunque nunca se venda. ¡Bonico soy yo para eso! ¡Mal me conoce!
¡Pues, a fe que si me conociese, que me ayunase!
–A fe, Sancho –dijo
don Quijote–, que, a lo que parece, que no estás tú más cuerdo que yo.
–No estoy tan loco
–respondió Sancho–, mas estoy más colérico. Pero, dejando esto aparte,
¿qué es lo que ha de comer vuestra merced en tanto que yo vuelvo? ¿Ha de
salir al camino, como Cardenio, a quitárselo a los pastores?
–No te dé pena ese
cuidado –respondió don Quijote–, porque, aunque tuviera, no comiera otra
cosa que las yerbas y frutos que este prado y estos árboles me dieren, que
la fineza de mi negocio está en no comer y en hacer otras
asperezas equivalentes.
–A Dios, pues. Pero,
¿sabe vuestra merced qué temo? Que no tengo de acertar a volver a este
lugar donde agora le dejo, según está de escondido.
–Toma bien las señas,
que yo procuraré no apartarme destos contornos –dijo don Quijote–, y aun
tendré cuidado de subirme por estos más altos riscos, por ver si te
descubro cuando vuelvas. Cuanto más, que lo más acertado será,
para que no me yerres y te pierdas, que cortes algunas retamas de las
muchas que por aquí hay y las vayas poniendo de trecho a trecho, hasta
salir a lo raso, las cuales te servirán de mojones y señales para que me
halles cuando vuelvas, a imitación del hilo del laberinto de Teseo.
–Así lo haré
–respondió Sancho Panza.
Y, cortando algunos,
pidió la bendición a su señor, y, no sin muchas lágrimas de entrambos, se
despidió dél. Y, subiendo sobre Rocinante, a quien don Quijote encomendó
mucho, y que mirase por él como por su propria persona, se puso
en camino del llano, esparciendo de trecho a trecho los ramos de la
retama, como su amo se lo había aconsejado. Y así, se fue, aunque todavía
le importunaba don Quijote que le viese siquiera hacer dos locuras. Mas no
hubo andado cien pasos, cuando volvió y dijo:
–Digo, señor, que
vuestra merced ha dicho muy bien: que, para que pueda jurar sin cargo de
conciencia que le he visto hacer locuras, será bien que vea siquiera una,
aunque bien grande la he visto en la quedada de vuestra merced.
–¿No te lo decía yo?
–dijo don Quijote–. Espérate, Sancho, que en un credo las haré.
Y, desnudándose con
toda priesa las calzones, quedó en carnes y en pañales, y luego, sin más
ni más, dio dos zapatetas en el aire y dos tumbas, la cabeza abajo y
los pies en alto, descubriendo cosas que, por no verlas otra
vez, volvió Sancho la rienda a Rocinante y se dio por contento
y satisfecho de que podía jurar que su amo quedaba loco. Y así, le
dejaremos ir su camino, hasta la vuelta, que fue breve.
Universidad de
Alcalá
1997
1997
Hola Álvaro, ¿qué tal?
ResponderBorrarTe comento algunos aspectos que creo que podrías mejorar de tu propuesta:
- Creo que sería mejor empezar con una introducción sobre el personaje/época que vais a tratar ya que hasta el final del primer día, no se sabe qué es lo que estáis trabajando.
- ¿De qué curso te encargas tu? Es que creo que se te ha olvidado ponerlo a lo largo del trabajo. Las actividades que propones me parecen adecuadas pero siempre que te refieras a alumnos de tercer ciclo ya que, desde mi punto de vista, no son sencillas. La actividad de “El capitán cautivo” me parece un poco cruel jajaja
- Creo que estaría bien que pusieses al principio del trabajo, de qué forma os habéis repartido los cursos y qué temas vais a tratar durante la semana porque leyéndolo todo, queda algo confuso.
Creo que la elección de El Quijote es muy buena puesto que da mucho juego con los niños y ofrece muchas posibilidades para hacer actividades.
Me ha gustado mucho que cada actividad la realicéis en un sitio emblemático de la época ya que lo hace mucho más real.
Espero que mis consejos te ayuden a mejorar tu trabajo.
Un beso y buen fin de semana!
Lee mi comentario, Nair.
Borrar¡Hola Álvaro!
ResponderBorrarPienso que quedaría más clara la actividad si empezaras haciendo unas anotaciones breves de lo que vais a trabajar a lo largo de la semana. O poniendo el horario de vuestro colegio para saber cuánto duran las clases.
Es importante que añadas también el curso que tú vas a tratar, ya que dependiendo de un curso u otro los objetivos que trabajar con el niño cambian.
Me ha parecido muy original que el primer día de la semana todos los profesores del colegio se disfracen cada uno de una clase social diferente, y a su vez los alumnos puedan animarse a hacerlo. Pienso que disfrazarse es una de las cosas que más les gusta hacer a los niños y niñas.
Igual 20 minutos con cada disfraz se queda escaso, podrían estar más tiempo para que no se haga tan rápida la actividad y la disfruten más.
Supongo que cuando pones números te refieres a los días de la semana,quedaría más claro si los pusieses escritos.
Por otra parte, ¡buena idea la de ambientar las actividades con un lugar de Madrid!
Así como opinión propia, haría más breves los capítulos porque algunos quedan muy largos a la hora de leerlo y no tiene mucha relevancia que estén enteros. ¿Teníais pensado leer a los alumnos todos los capítulos?
Las actividades me parecen estupendas, son originales y al estar fuera del aula los niños disfrutarán más con el tema que queréis tratar.
Para acabar decirte algo sin mucha importancia: las imágenes que querías poner por lo menos a mí no me salen, no sé por qué podrá ser..
¡Buen trabajo y a seguir disfrutando de las prácticas Álvaro!
Marina.
Lee mi comentario, Marina.
BorrarHola Álvaro,
ResponderBorrarQue empieces tu propuesta directamente explicando el primer día, se ve algo frío, yo comenzaría con una introducción de un colegio, o del curso y tema que vas a tratar tu como maestro.
El empezar disfrazados denota interés en el tema, y esto se contagia a los alumnos, ayudando a que los niños se verán dentro del tema desde el primer momento.
Los tiempos a la hora de aplicarlo suelen cambiar, ahora que estamos en las prácticas nos estaremos dando cuenta. De todas maneras es imprescindible poner tiempos orientativos como tu has hecho.
Igual es algo de mi ordenador, pero no soy capaz de ver las imágenes que adjuntas.
Me gustan mucho como trabajas distintos aspectos de la obra dese el mismo lugar, tratando de nuevo la época físicamente. De todas maneras al principio pones día 1 y a continuación día 5. No llego a entender bien si todas estas actividades se hacen el mismo día o cada día.
Muy buen tema y buenas ideas sacando su mayor provecho .
Un beso
Andrea Sancho Prado
Pues eso, Andrea... lee mi comentario.
BorrarBueno... falta la introducción del grupo con la justificación de la elección y los objetivos generales de la semana... esa es la parte común obligatoria. Aunque vosotros habéis trabajado otras actividades en común, esos apartados que os comento son imprescindibles.
ResponderBorrarTenéis que enlazar los vídeos que vais a utilizar. Si el vídeo del lunes debe ser igual de interesante para 1º que para 6º, me interesa saber cuál es.
Por lo demás, solo has subido el trabajo grupal: el primer día y el día de la excursión. Falta todo lo referente a tu propio trabajo con el curso que te ha correspondido.
Espabila porque tienes que volver a hacer las tres actividades que llevamos hasta ahora...
ResponderBorrar